viernes, 24 de agosto de 2007

Bella no?

HAZ DE CUENTA

Recientemente una profesora muy joven, que viajó de Polonia a Brasil, impartió un seminario y, con mucha lucidez, aportó puntos importantes para la reflexión de su auditorio.

Ella dijo lo siguiente:

"Ya viví lo suficiente para presenciar tres períodos distintos en el comportamiento de las personas.

El primero lo viví en la infancia, cuando aprendí de mis padres que era preciso ser.

Ser> honesta, ser educada, ser digna, ser respetuosa, ser amiga, ser leal...

Algunas décadas más tarde, fui testigo de la fase del tener.

Era preciso tener.

Tener buena apariencia, tener dinero, tener status, tener cosas, tener y tener...

En la actualidad, estoy presenciando la fase del "haz-de-cuenta".

Analizando este punto de vista, llegaremos a la conclusión de que hoy, muchas personas hacen de cuenta que todo está bien.

Padres hacen de cuenta que educan, profesores hacen de cuenta que enseñan, alumnos hacen de cuenta que aprenden, profesionales hacen de cuenta que son competentes, gobernantes hacen de cuenta que se preocupan con el pueblo y hay pueblos que hacen de cuenta que lo creen.

Personas hacen de cuenta que son honestas, líderes religiosos que se hacen pasar por representantes de Dios y fieles que hacen de cuenta que tienen fe.

Enfermos hacen de cuenta que tienen salud, maleantes hacen de cuenta que son dignos y la justicia hace de cuenta que es imparcial.

Traficantes se hacen pasar por ciudadanos de bien y consumidores de drogas hacen de cuenta que no contribuyen con ese mercado del crimen.

Padres que hacen de cuenta que no saben que sus hijos usan drogas, que se prostituyen, que se están matando poco a poco e hijos que hacen de cuenta que no saben que sus padres saben.

Corruptos se hacen pasar por idealistas y terroristas hacen de cuenta que son justicieros.

Y la mayoría de la población hace de cuenta que todo está bien.

Pero una cosa es segura:

No podemos hacer de cuenta cuando nos miramos en el espejo de la propia conciencia.

Podemos inclusive encontrar disculpas para explicar nuestros haz-de-cuenta, pero no los justificamos.

Es importante resaltar, sin embargo, que esa representació n de cada día, ese haz-de-cuenta causa perjuicios para aquellos que echan mano de este tipo de comportamiento.

La persona que actúa así termina confundiéndose a sí misma y cayendo en un vacío, pues ni ella misma sabe de hecho quien es y acaba traicionándose en algún momento.

Y esto es extremadamente extenuante y desgastante.

Raras personas son realmente auténticas. Por eso se destacan en los ambientes en que se mueven.

Son aquellas que no representan, apenas son lo que son, sin hacer de cuenta. Son profesionales éticos y competentes, amigos leales, padres celosos en la educación de sus hijos, políticos honestos, religiosos fieles a las enseñanzas que imparten. Son, en fin, personas no complicadas, de actitudes simples, pero coherentes y, sobre todo, fieles consigo mismas.

La persona que vive de apariencias o finge ser quien no es, corre serios riesgos de caer en la depresión. Esto es perfectamente comprensible por la batalla que traba consigo misma y el desgaste para mantener una realidad falsa.

Si es fácil engañar a los demás, es imposible engañar a la propia conciencia. Por todas esas razones, vale la pena ser quien se es, aunque eso no le agrade a los demás.

Al final, no es a los demás que rendiremos cuentas de nuestras acciones, sino a nuestra conciencia y a Dios.

leanlo por favor,no setrata de un sermón más ,es un poco desear elevar la voz para quienes aún no se dancuenta de quienes son ,a donde van que desean,la vida trnscurre sin miericordia y luego ya es tarde.

Y SI DIOS FUERA MUJER?

¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.

Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.

Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.

Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.

 

Mónica

TU DINERO... MI DINERO?

¿Tu dinero... mi dinero?

¡No puede ser! ¡Dios Mío! ¿Y ahora, qué voy a hacer?
Estas frases se escuchaban una y otra vez en la sala que servía para velar al esposo de mi amiga. Al día siguiente, cuando ya se había efectuado el sepelio, fui a visitarla a su casa, para ver si podía ser útil en la solución de algún problema que se hubiera presentado.
- ¿Qué te pasa? Te veo demasiado inquieta.
- No sabes, me contestó, todavía no me repongo del susto y del dolor de ver morir a mi marido en una forma tan repentina, cuando me voy enterando que no tenía ni un centavo en el banco. Estoy segura de que hace pocos días recibió una buena cantidad de dinero que ganó por unas ventas que hizo, pero... ¿dónde estará ese dinero?. No hicimos ninguna compra, ni un gasto. ¿Es que acaso lo invirtió en algún negocio y yo no me di cuenta?. Él a veces hacía diferentes negocios, pero yo no me enteraba, nunca le di importancia, pensé que siempre le iría bien. ¿Cómo es posible que nunca me haya interesado por su trabajo? Jamás me platicaba -ni yo le preguntaba- qué hacía, ni qué problemas tenía diariamente. No platicábamos de los planes que tenía en cuestión de negocios. Ahora no tengo ni para pagar el entierro, y no sé cómo voy a sacar adelante a la familia.
La doble aflicción de mi amiga me hizo reflexionar y ver que muchas mujeres jamás se interesan por la situación económica, no saben qué ingresos tienen sus maridos, ni cómo los obtienen, solamente se dedican a exigir y gastar sin ninguna consideración hasta que lamentablemente se ven en la quiebra. Hay matrimonios que tienen que cambiar a sus hijos de escuela porque de pronto ya no pueden con los gastos y esto descontrola mucho a los niños, que no tienen ninguna culpa de la mala administració n de los padres.
Cabe decir que a los pocos meses de haber fallecido el esposo de mi amiga, apareció un amigo de él, para informarle que habían hecho una sociedad en un negocio, y participarle de las ganancias adquiridas, le presentó todos los papeles, donde constaba la sociedad, y las cuentas que llevaban. Gracias a la decencia y la buena voluntad del señor, mi amiga no se quedó en la calle.
¡Cuántos maridos trabajan desesperados para poder atender todas las necesidades que se presentan en la casa!
Una señora comentaba que le dolía mucho que su esposo, tan honrado toda la vida, terminara tomando prestado dinero de la empresa donde trabajaba. Es tan bueno -dijo-, nunca supo negarnos nada, ¿por qué no supe yo que estaba tan apurado? Yo lo hubiera comprendido; no hubiéramos cambiado los muebles de la casa, ni hubiéramos hecho ese viaje tan caro toda la familia. Yo pensé que sí estábamos en posibilidad de hacerlo. Continuó: Ya no tenemos ni para lo indispensable, menos para pagar un abogado que lo saque de la cárcel.
Cuando los cónyuges cometemos ese error, estamos dando además una mala formación a nuestros hijos. Hay muchos jóvenes que ya no saben disfrutar de lo que tienen, siempre quieren más, todo se les hace poco y ven como una obligación el que sus padres les tengan que cumplir todos sus caprichos, y si no lo consiguen, viven amargados debido a una constante competencia entre sus compañeros de a ver quién tiene más.
Comunicación: solución a la quiebra
Para hablar de un matrimonio equilibrado, debe existir comunicación, comprensión y armonía. La esposa debe conocer muy bien a su marido y convivir con él, tanto que pueda sentir cuando las cosas no andan bien en su trabajo, aunque no se lo cuente. Entre los dos deben planear un presupuesto de acuerdo a sus ingresos. Juntos verán hasta dónde la cobija les alcanza, y nunca tomar alguna decisión importante sin consultarse mutuamente.
En la actualidad, debido a la vida tan materialista y a ese consumismo tan fuerte, muchos matrimonios llevan una vida que no les corresponde; se encuentran presionados por tantos compromisos que adquieren. Esto se da en cualquier nivel económico. Podemos hablar desde las personas que compran a crédito ropa, calzado, comida, muebles, hasta los que cambian automóvil cada año sin tener siquiera para el enganche. Cuando hablamos de sociedad conyugal definimos precisamente eso, una sociedad donde juntos, marido y esposa, luchan porque todo marche sin angustias económicas.
En la sociedad en que vivimos, es el marido el que generalmente sale de casa a trabajar y a buscar los ingresos -aunque también la mujer lo hace a veces-. A la mujer le corresponde estar enterada de los obstáculos que él debe vencer para lograrlo. Ella debe ser consejera en lo que se refiere a la toma de decisiones en su trabajo, enterarse -y alegrarse- de cuando todo va bien, y apoyarlo moralmente cuando haya problemas.
No quiero que mi mujer se entere de que estoy pasando por un problema económico fuerte y que voy a hipotecar la casa, nos comentaba un amigo. Cuando vi a su esposa (mi amiga) de compras ¡en grande! y planeando una fiesta de aniversario, me pregunté: ¿Será justo que esta mujer no se entere de que están en un serio problema económico?¿Cómo van a salir adelante si él no tiene el apoyo suficiente de su esposa e hijos? Cuántos maridos son víctimas de prestamistas que los van hundiendo cada vez más por la exageración en el cobro de intereses, ¿y la mujer?... ¡ni se entera!, mucho menos se administra de acuerdo a las circunstancias.
Sólo por medio de la detallada comunicación familiar en materia de negocios, se podrán evitar serios problemas, como el que vivió un joven adolescente que decía: Mi papá no puede estar involucrado en el narcotráfico, debe haber un error. Lamentablemente era cierto, su padre, viendo que no podía con el tren de vida de su familia, desesperado, buscó cualquier manera de obtener más ingresos. Su esposa e hijos ni siquiera se imaginaban, pues mientras su papá les diera lo necesario, y más, todo estaba bien.
Cuando un hombre y una mujer se casan, se comprometen a estar unidos en las buenas y en las malas. Juntos y apoyándose uno en el otro, es más fácil que todos los problemas se resuelvan. Hay maridos a los que no les gusta platicar a su esposa sobre su trabajo; es allí donde la mujer, con su percepción femenina, se debe ganar su confianza hasta que establezca esa comunicación tan necesaria en el hogar. Sin comunicación, -también financiera- el matrimonio se va desintegrando, cada quien toma su rumbo, y llega a haber entre la pareja un abismo que si no se resuelve a tiempo, puede acabar en ruptura.
Para evitar una dificultad irreparable, los cónyuges necesitan ubicarse en su realidad, y presentarla tal cual es a los hijos. Luego, enseñarlos a agradecer a quien con tanto amor les provee de todo lo que necesitan. Esto sirve para unirlos como familia y apoyarse unos a otros, ya que la unión hace la fuerza.
Qué hacer ante un problema económico familiar:
1) Fomentar una gran comunicación.
2) Conocer los ingresos.
3) Conocer si existen deudas.
4) Estar enterados (sobre todo la esposa) de los negocios del cónyuge.
5) Nunca llevar una vida que no corresponde a sus ingresos.
6) Ajustarse a un presupuesto fijo.
7) Fomentar el hábito del ahorro.
8) Evitar el despilfarro.

 

Mónica

APRENDIENDO A QUERERME

Aprendiendo a quererme

El modo como nos trata el mundo

es un reflejo de cómo nos tratamos.

Lair Riveiro

 

 Aprender a querernos se resume en aprender a aceptarnos y a amarnos tal y como somos, sin cargarle a nadie más la responsabilidad. Sólo podemos dar cuando nos damos a nosotras mismas ...y podemos amar cuando nos amamos. ¿Te parece complicado? En verdad no lo es.

La realidad es que nadie puede dar lo que no tiene. Amor, por ejemplo. Pongamos por caso a una mamá que siempre dice quitarse “el pan de la boca” para dárselo a sus hijos. Ella diría que lo hace por amor. Pero ¿por qué tanta violencia contra sí misma? ¿Qué no sería mejor idear alguna forma para que tanto ella como sus hijos comieran bien y sanamente? ¿Sus hijos la querrán más si ella se la pasa diciendo que no hizo nada por sí misma pues “toda su vida” la pasó pendiente del menor suspiro de sus hijos? ¿Qué lección estarán aprendiendo ellos de una mamá que no se ama lo suficiente como para hacerse una vida propia?

Hacer conciencia de situaciones así es el primer paso hacia el aprendizaje de un nuevo modo de amar y mostrar el afecto.

En las mujeres es común que nos preocupemos por el marido, por los hijos, por el trabajo y al final, en un lugar recóndito escondemos nuestras necesidades porque sentimos que nos debemos a los demás antes que a nosotras mismas, confundiendo esto último con egoísmo.

Las mujeres, al ser el centro y eje de la familia, tenemos más responsabilidad de hacernos cargo de nosotras mismas y de aprender a querernos, pues de nuestras decisiones depende en mucho el futuro de nuestras parejas, empresas, hijos y subordinados. Pero desde luego que ellos podrían vivir perfectamente sin nosotras, admitámoslo.

Imagina que, por cualquier razón, tú ya no estás con ellos. ¿No sería estupendo que lo que aprendieron de ti les permitiera vivir a plenitud, en lugar de llorar eternamente tu ausencia? ¿No sería mejor que tú pudieras vivir también a plenitud incluso sin ellos?

 Analicemos cómo aprendimos a querernos. Cada una de nosotras somos reflejo de nuestra propia historia, que se nutrió en su mayoría de creencias limitantes, frases suicidas y tal vez hasta de falta de afecto.

De los 3 a los 7 años se conforma la autoestima de una persona y el lugar desde donde se va a proyectar y le dirá al mundo quién es, o quién cree que es. Yo creo que un niño antes de aprender a decir “papá” y “mamá”, aprende a decir “no”. Un “no” que a la larga se traduce en: no sirvo, no valgo y no merezco.

¿ Cuántas de nosotras crecimos con etiquetas como las siguientes?

• Sólo dices tonterías

• Eres un floja

• Eres una irresponsable

• Aprende de tu hermano

• Eres una inútil

• Mujer tenías que ser

Sin duda estas etiquetas hirieron nuestra identidad y nos volvieron inseguras en algunos aspectos de nuestra vida. Desafortunadamente, las consecuencias nefastas de estas etiquetas van más allá de una infancia lastimada y en ocasiones llegan a afectar en aspectos tales como la elección equivocada de pareja debido a la obsesión de buscar agradar a mamá o a papá a través de un compañero inadecuado; repetimos inconscientemente este patrón de conducta en nuestros niños.

Un primer acercamiento para comenzar un diagnóstico de cómo está nuestra autoestima sería escribir en un recuadro con tres columnas lo siguiente:

Yo soy

Yo creo que soy

Me han dicho que soy

Este recuadro nos va a ayudar mucho a identificar lo que nos corresponde, y a tirar creencias inadecuadas y máscaras impuestas por los demás.

 Algo que resulta crucial para aumentar nuestra autoestima es aprender a estar en contacto con nuestra niña interior como si nos uniéramos a nuestra propia semilla, sanando sus heridas y cuidando siempre de ella con cariño y atención.

La niña que existe dentro de nosotras puede darnos la alegría de vivir, el empuje y las ganas para salir adelante si la tenemos presente, por ejemplo, colocando su foto en nuestro tocador. Hay quien incluso duerme con una muñeca o un animal de peluche, para estar en contacto consigo diariamente.

Otro ejercicio muy útil para reprogramar nuestra autoestima consiste en identificar cómo nos suena nuestro nombre (nos guste o no) y darle una calificación.

1. Repasa tu nombre en voz alta varias veces. Anota tus sensaciones y dale una calificación de cero a diez.

2. Cierra los ojos y permite que aparezca una imagen con el sonido de tu nombre. Fíjate muy bien en la claridad u oscuridad de la imagen, si ésta tiene movimiento, colores o no, en qué parte de tu cuerpo la sientes, qué sonidos y volumen la acompañan.

3. Muévete, sacude tu cuerpo y regresa al lugar original desde donde comenzaste a hacer el ejercicio.

4. Evoca el momento más feliz de tu vida como si lo vieras, lo oyeras o sintieras aquí y ahora. Comienza a escuchar tu nombre a lo lejos como un canto celestial, con la música que más disfrutas y te hace sentir a gusto y en paz contigo misma.

5. Regresa a la imagen y al sonido original de tu nombre, pero ahora dale movimiento, color, brillo, intensidad, volumen, música. Haz que esa sensación de calorcito invada todo tu cuerpo y disfruta con todos tus sentidos esa sensación. Vuelve a dar un valor a tu nombre, del cero al diez. Date cuenta que hoy, aquí y ahora ya te quieres más y cada vez más.

 Independientemente de tu historia personal y de las etiquetas que creas tener, recuerda que aquí y ahora puedes perdonar, reprogramarte y sanar a conciencia, con disciplina y en un camino hacia el crecimiento personal, que merece tanta o más atención que cualquier otro aspecto de tu vida. Porque aprender a quererte es el primer paso para aprender a querer a los demás en serio y ser feliz.

 

Mònica

Cyber vida

 

 

Sera posible querer a alguien que nunca has visto?

 http://www.bigoo.ws/http://www.bigoo.ws/

..En este mundo cibernético, tenemos personas que vienen

y van, es realmente interesante, tenemos algo en común,

comenzamos nuevas relaciones sin importar de dónde

somos, compartimos detalles de nuestras vidas,

nos contamos penas y alegrías.

http://www.bigoo.ws/

..Eventualmente comienzas a apreciar a quienes te

 acercas más, es una especie de familia aquellos que

 comparten tu ciber-vida: casados, solteros,

jóvenes o viejos o en algún lugar intermedio.

http://www.bigoo.ws/

..Compartimos una vida "on-line" con aquellos que nunca

 hemos visto, con lo cual nuestros amigos, esposas y esposos

 no entienden, ya que ellos no están envueltos con nosotros

 cuando estamos en la tierra cibernética, no pueden

comprender cómo la amistad germina entre nosotros,

 ellos jamás comprenderían cuán amigos podemos ser,

 cuánto bien nos podemos hacer compartiendo

estos ratos entre ciber-amigos.

http://www.bigoo.ws/

..Todos tenemos seres queridos cerca o viviendo

en nuestros hogares y aún en medio de ellos, a veces

nos sentimos solos. Pero ahora existen los amigos "on-line"

 que iluminan tu vida, que comparten tu soledad en

medio de la multitud y te arrancan una sonrisa simplemente

con la llegada de sus mails.

 

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